Me agaché para recogerlos y oí que ella se acercaba. Antes de apartar mis ojos del suelo, tenía el muslo de la Primera Oradora tocando mi frente...
Introduje mis dedos entre sus húmedos cabellos mientras mi polla rozaba sus labios. Y ya sentía su aliento en mi prepucio...
Mi polla volvió a inflarse y de un golpe salió de la boca de Sarah como hacía un rato había salido de mis pantalones. La sacerdotisa se puso en pie y se bajó las bragas...